miércoles, 21 de agosto de 2013

Ortega-Pastora: dos itinerarios revolucionarios.

Tanto Ortega como Pastora, nicaragüenses los dos, conocieron las cárceles de Somoza siendo muy jóvenes. Pastora, hijo de la burguesía media propietaria de tierras, contaba veinte años cuando en Cuba triunfaban los barbudos. Ortega nació en 1945 en un medio modesto. Al inicio de la década de los sesenta participó en la lucha dentro de las filas de las organizaciones juveniles antisomocistas.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional, creado en mayo de 1961 por Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge, agrupaba mal que bien diversas tendencias. Los dos fundadores manifestaban sensibilidades políticas diferentes. Amador era castrista mientras Borge se reclamaba seguidor de Mao Tse Tung. Con los años, en el seno del FSLN se definieron tres corrientes: la «guerra popular prolongada» (GPP, maoísta) preconiza la lucha desde el campo. La tendencia marxista-leninista o
«proletaria» de Amador y de Jaime Wheelock se apoyaba en un proletariado embrionario. La corriente «tercerista» o «insurreccional», animada por marxistas disidentes y demócratas, trabajaba a favor de la estructuración de la guerrilla urbana. Pastora pertenecía a esta tendencia, mientras Ortega se unía a la corriente de los proletarios. Daniel Ortega entró en la revolución por compromiso político, Pastora para vengar a su padre, opositor demócrata abatido por la guardia somocista. Tras las huelgasinsurreccionales de 1967 que siguieron a las elecciones presidenciales amañadas, Pastora fue detenido y torturado (cuando sangraba, se le obligó a beber su propia sangre). Una vez en libertad, emprendió una operación de castigo contra sus torturadores. Le acompañan dos guerrilleros, Daniel y Humberto Ortega. Más tarde le llegaría a Daniel Ortega el turno de caer en las garras de la policía somocista. Edén Pastora, por su parte, que continuaba dedicado a estructurar la guerrilla, fue recibido por Fidel Castro, y reafirmó su adhesión a la democracia parlamentaria estrechando lazos con los demócratas centroamericanos, como el costarricense Fugueres yel panameño Torrijos.

Ortega fue puesto en libertad en 1974 después del secuestro de un dignatario somocista. No tardó en tomar el primer avión con destino a La Habana mientras Pastora permanecía al Iado de sus combatientes.

En octubre de 1977 se organizó la sublevación de diversas ciudades nicaragüenses. Derrotados por la guardia y bombardeados por la aviación somocista, Pastora y Ortega optaron por replegarse en la jungla. En enero de 1978 el país se vio agitado por los disturbios y en agosto de ese mismo año Pastora tomaba por asalto la Cámara de los Diputados. Entre otros logros, obtuvo la liberación de todos los presos políticos, incluido Tomás Borge. Daniel Ortega se dividía entre La Habana y el frente norte
de Nicaragua. En el curso de un ataque a Masaya, murió Camilo Ortega, uno de los hermanos de Daniel. La insurrección general, bien estructurada y apoyada por consejeros cubanos, fue ganando terreno. Los mandos del FSLN, que se habían replegado en Cuba, regresaron a Nicaragua. Al
sur de Managua, Pastora y sus muchachos luchaban encarnizadamente contra las unidades de elite de la Guardia Nacional. Tras el triunfo de los sandinistas en julio de 1979, Pastora fue designado viceministro del Interior mientras Ortega era elegido, lo que no fue sorpresa para nadie, presidente de la República. Ortega se alineó abiertamente con Cuba y hacia Managua afluyeron consejeros militares
e «internacionalistas» de la isla caribeña. Edén Pastora, cada vez más solo en su adhesión a democracia parlamentaria, dimitió en junio de 1981 y organizó la resistencia armada del sur del país.




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